Es para mí, como Alcalde de Villalba del Alcor, un honor poder dirigir estas palabras a todos los villalberos con motivo de la conmemoración de un hecho histórico y sin precedentes en nuestro pueblo: el 400 Aniversario de la fundación de un convento que abrió sus puertas en el año 1619 y que, después de tanto tiempo, sigue latiendo cada día con más fuerza; uno de los pocos conventos de clausura que, para nuestra dicha y fortuna, aún sobrevive, y que ha llegado a convertirse por ello en una de las principales señas de identidad de nuestro pueblo. Será una celebración, la de este año, que también nos permitirá renovar nuestra fe y nuestra devoción –la de todos los villalberos- a Nuestra Señora del Carmen. Y la conmemoración de un acontecimiento histórico que servirá, entre otras cosas, para difundir la cultura, la historia, la arquitectura, la vida y la idiosincrasia de nuestro pueblo, una villa blanca que ha visto pasar por delante de esas paredes, las del convento, los sentimientos de generación tras generación a lo largo del tiempo.

Monjas, clausura, escapulario, carmelitas, siglos de historia, cultura, tradición, arquitectura, fe, campanas, naranjos, espadaña, porches, azahar, agosto, tejas árabes, velo, oraciones, bóveda, torno… Palabras todas ellas que evocan en mis recuerdos nuestro blanco convento carmelita, una pieza esencial, incrustada en nuestra vida y encajada en nuestro pueblo… Vivir escuchando el alegre repique de campanas cada mañana; ver a nuestros vecinos acudir a la llamada para escuchar la voz de nuestras monjas; a nuestros mayores sentados en los porches, viendo pasar la vida por delante; a los muchachos y muchachas jugar y coquetear por sus aceras… Ésa es la imagen grabada en mi retina que revive una y otra vez al pasar día tras día por delante de la cerca del convento.

Será un gran suerte y una enorme satisfacción para todos los villalberos y villalberas poder participar y colaborar en todos los actos y actividades programados para la ocasión, y disfrutar así, a través de ellos, de una

conmemoración histórica que pondrá a Villalba del Alcor en un lugar privilegiado en la agenda de toda la familia carmelita y de todos los visitantes que podamos recibir y acoger durante todo un año.

Desde el Ayuntamiento hemos querido participar en la preparación y desarrollo de estos actos y colaborar codo con codo con nuestras monjas y con la comisión creada al efecto, para programar, entre todos, un año pleno de actividades y eventos que disfrutaremos con devoción y entusiasmo; para que nuestro pueblo reluzca como merece; y para vivir unos días que evocarán en nuestros corazones el paso de la historia y de tantos y tantos momentos vividos alrededor de esos muros blancos…

No existe un villalbero que no guarde en su memoria el sonido del repique de las campanas de las monjas, ni un solo villalbero que no tenga la imagen de las carmelitas, de nuestro convento, como una seña de identidad de nuestro pueblo. Y ahí están ellas, silenciosas, respetuosas, amables, afectuosas, hospitalarias, queriendo al pueblo y a su gente, rezando y rogando por todos; y muchísimos son –somos- los que sienten su cariño, su acogida sincera y su amor hacia este pueblo que también las quiere incondicionalmente… a ellas, las mejores testigos de nuestros sueños, de nuestros anhelos, de nuestras alegrías y nuestros sufrimientos, y de miles de amaneceres y atardeceres de esta gran villa blanca. Y es que Villalba del Alcor es un pueblo agradecido, orgulloso de sus monjas, de su clausura, de su convento y de la historia que éste rezuma a través de sus muros, un pueblo que presume sin remilgos de una silueta muy suya: la de un velo carmelita detrás de una reja.

Desde estas líneas quiero, pues, invitar a todos los villalberos, a todos nuestros visitantes y a toda la familia carmelita a vivir intensamente una celebración única, de esas que sólo toca vivir una vez en la vida, y a participar de un año pleno de actividades para conmemorar nuestra historia, nuestra tradición y nuestra devoción a la Virgen del Carmen.