INMACULADA DE BELÉN
Inmaculada de Belén,
aurora de aquel camino,
que conduce hacia el portal
de un Niño recién nacido…
La luz del sol y la luna
se eclipsan a tu llegada,
amanecen cielos nuevos
transidos de confianza.
Hasta llegar a Belén
que anunciaran los profetas,
¡un prodigio de la gracia,
irradiando trascendencia!
Única entre las mujeres,
¡sin pecado concebida!
para ser Madre de Dios,
pura se abrirá a la vida.
Diseño del mismo Dios;
¡su proyecto redentor,
comienza con esta Virgen,
sin mancha en su concepción!
Inmaculada, María,
blanca flor de Jericó;
emerges como la espuma,
trueque del mal en amor.
Al mirarte sin mancilla,
ya vislumbramos Belén,
tú seguirás siendo “virgen”
¡oh, Madre del Emmanuel!
Doncella blanca y sencilla,
de mirada trasparente;
arrullos de madre tierna
acunando nuestra suerte.
Que si hoy te celebramos,
de raíz inmaculada,
mañana será Belén
el centro de las miradas.
Haznos como tú, sencillos,
puros como lirio en flor,
proyéctanos hombres nuevos,
por tu tierna protección.