Poema que el Bto. Tito Brandsma escribió en la cárcel donde fue llevado por los nazis por defender la libertad de expresión.
Cuando te miro, buen Jesús advierto
en ti el amor del más querido amigo,
y siento que al amarte yo consigo
el mayor galardón, el bien más cierto.
Este amor tuyo –bien lo sé- produce
sufrimiento y exige gran coraje;
más a tu gloria en este duro viaje,
sólo el camino del dolor conduce.
Feliz en el dolor mi alma se siente;
la cruz es mi alegría, no mi pena;
es gracia tuya que mi vida llena,
y me une a ti, Señor, estrechamente.
Si quieres añadir nuevos dolores
a este viejo dolor que me tortura,
fina muestra serán de tu ternura,
porque a Ti me asemejan redentores.
Déjame, mi Señor, en este frío
y en esta soledad que no me aterra;
a nadie necesito ya en la tierra
en tanto que Tú estés al lado mío.
¡Quédate, mi Jesús! Que en mi desgracia
jamás el corazón llore tu ausencia;
que todo lo hace fácil tu presencia
y todo lo embelleces con tu gracia.