Tú, “alto manantial”
tan blanco como la luz!
así, mi monte Carmelo,
fiel morada de Jesús.
¡Ven y verás! hoy te dice,
a ti que le has preguntado,
Él te muestra dónde vive:
¡en este blanco “regazo”!
¡Aquí mora aquel Maestro,
que a las turbas fascinaba,
en el “Alcor Villalbero”,
aposento de almas blancas!
¡Ven y verás! a ti, joven,
si Jesús te ha fascinado,
¡ven! te guardamos un sitio,
donde vivir a su lado.
No le dejes alejarse,
¡con cariño te ha mirado!
que sus ojos con los tuyos,
con ternura se han cruzado.
No temas dejar “tus cosas”,
como aquel rico muchacho,
al que Jesús miró triste,
viéndole andar cabizbajo.
¡Ven y veras con tus ojos,
qué fugaz es esta vida!
¡bienes mejores te ofrece,
en incipiente semilla!
¡Busca el tesoro escondido
tras los muros del Carmelo,
María, fiel compañera,
hoy mismo sale a tu encuentro!